Extensión

La libertad de educación según John Rawls

En su obra La justicia como equidad, el filósofo John Rawls vincula la libertad con la educación. Si la aspiración es tener una sociedad bien ordenada en la que las personas sean reconocidas mutuamente libres e iguales: “las instituciones básicas deben educarles en esa concepción de sí mismos, y deben asimismo exhibir y alentar públicamente ese ideal de justicia política.” 1 Esta labor educativa pertenece, en esencia y sentido amplio a la concepción política. Para Rawls, lo importante es que un pueblo sea verdaderamente democrático en su espíritu, pues en tal caso podría prescindir de una constitución como carta de derechos, pero en el caso contrario, si un pueblo no es democrático en su esencia, ninguna constitución lo convertirá en tal. Aquí radica precisamente la influencia que puede ejercer la educación en la sociología política de las instituciones. Agrega Rawls: “Dicho con mayor precisión, debemos considerar cómo puede verse afectada esa sociología por el papel educativo de una concepción política de la justicia, tal cual es la justicia como equidad con sus ideas fundamentales de persona y de sociedad.” 2

En su obra magna A Theory of Justice, Rawls advierte sobre lo deficiente de una educación que sólo esté forjada en términos de eficiencia económica y de bienestar. Y dice: “Igualmente, sino más importante, es el rol de la educación en capacitar a la persona para gozar la cultura de su sociedad y tomar parte en sus asuntos, y en este sentido proveer para cada individuo un sentido seguro de su propia dignidad.” 3 Rawls invita a tomar siempre en cuenta las inequidades que se producen a menudo en el ámbito de la educación. Insta a tomar en cuenta a los menos favorecidos y dice:

Así, por ejemplo, los recursos para la educación no deben ser distribuidos solo necesariamente de acuerdo principalmente a su resultado tal como son estimados en las capacidades de entrenamiento productivo, sino también de acuerdo a su valor para enriquecer la vida personal y social de los ciudadanos, incluyendo aquí a los menos favorecidos. En la medida en que una sociedad progresa, ésta última consideración llega a ser crecientemente más importante. 4

Al referirse a la tendencia de algunas sectas religiosas de oponerse al mundo moderno, aislando a sus hijos de las influencias externas que consideran perniciosas, Rawls dice que allí surge un problema a propósito de la educación de los hijos y las exigencias del Estado. En ese caso, el liberalismo político debiera pedir que la educación de los hijos incluya cosas tales como el conocimiento de los derechos constitucionales y cívicos. En suma:

También debería su educación prepararles para ser miembros plenamente cooperativos de la sociedad y capacitarles para ser autosuficientes; debería estimular asimismo las virtudes políticas para que puedan honrar los términos equitativos de la cooperación social en sus relaciones con el resto de la sociedad. 5

Estas perspectivas de Rawls sobre la educación nos ofrecen contenidos sumamente útiles para reflexionar sobre la búsqueda y concreción de una educación en libertad pero que a su vez sea equitativa, democrática y conducente al bienestar de las personas. Su pensamiento también es una advertencia a que las iglesias no se tornen “sectas” en el sentido de aislarse de las influencias externas tales como el mundo social y político.

* Alberto F. Roldán. Doctor en Teología. Master en Ciencias Sociales. Actualmente cursa la Maestría en Educación en USAL. Asesor de la Tecnicatura en Teología Comunitaria en el CENV.

Ramos Mejía, 22 de septiembre de 2010.

1 La justicia como equidad. Una reformulación, Buenos Aires: Paidós, 2004, p. 88.

2 Ibíd., p. 197.

3 John Rawls, A Theory of Justice. Revised Edition, Cambridge (Massachusetts): Harvard University Press, 1999, p. 87 (Hay traducción al castellano por FCE).

4 Ibíd., p. 92.